El juez dificulta la defensa


Hace un tiempo, de manera formal y razonada y para poder defenderme, pedí por los cauces reglamentarios al dicasterio para la Doctrina de la Fe que me entregara el expediente del caso Cuatrecasas-Martínez. Este expediente es el resultado de una investigación que encargó el Papa en 2015 y que concluyó afirmando que soy inocente. Lo he pedido varias veces sin conseguirlo pero al final: ¡Bingo!, el 8 de noviembre de 2023 una comunicación de la Nunciatura me pide que me ponga en contacto con S.E. Mons. José Antonio Satué (…) para llegar a una visión ritual de las actas o bien a la obtención de una copia de las mismas. A la semana siguiente, donde dije digo digo Diego, la Nunciatura me comunica que no tendré acceso a esta prueba. Quién decidió este cambio y por qué lo hizo, no se me comunicó. A mí me dejó confundido.

Por otro lado, recientemente se me ha informado de que no se les permite declarar ni a don Silverio Nieto ni a don Rafael Felipe Freije en el proceso canónico al que me he visto arrastrado. Son las dos personas que llevaron a cabo la investigación que vengo solicitando. Son de las primeras personas que tuvieron acceso al testimonio del denunciante y son las personas elegidas por la Iglesia para atender ese primer procedimiento.

Que no me entreguen el expediente y que no puedan declarar dos testigos relevantes y cualificados es, cuando menos, sorprendente, si es que no es un ejercicio de parcialidad. Dice el juez que no es “procedente” y no explica por qué no procede.

Ante estos hechos me asalta la duda, la convicción de que el veredicto ya está tomado de antemano. Recuerdo, de nuevo, las palabras que me dirigió la misma persona que ahora me juzga, antes de empezar el proceso, en una carta del 26 de septiembre de 2022: me permito recomendarle con todo respeto que si, por las circunstancias que fuesen, usted hubiera defendido su inocencia de manera incierta, contemple este procedimiento como una oportunidad para reconocer la verdad y pedir perdón al sr. Juan Cuatrecasas y a su familia. 

Creo que los hechos hablan por sí solos.